miércoles, 16 de julio de 2008

El girar desenfrenado de una Pelota Azul.

Cada día que pasa tengo la extraña sensación de que estos últimos años el concepto de Tiempo se ha acelerado. Creo que el mismo Einstein se quedaría alucinado con su nuevo significado. El Tiempo ya no es un período que transcurre en la experiencia vital, tampoco es ya una coexistencia milagrosa con otros seres que gracias al Azar pudimos conocer, ni siquiera un período para el disfrute de esas sencillas cosas que nos rodean pero ya no podemos ver. Ahora, más que nunca, el Tiempo es oro. Y con muchos quilates. Una especie de diamante que se corroe con el paso de los días. Casi todos los problemas sociales se deben a 2 faltas: la de comunicación y la de Tiempo.
¿Cuándo empezamos a girar a esta velocidad? ¿Cuándo comenzó esta carrera loca por querer rebanar trozos de la Pelota Azul, por querer llenar el hormiguero propio a costa de otras hormigas? ¿Dónde está Dios? ¿Y sus Mesías? ¿Y sus morales? ¿Dónde está el ascetismo religioso?
De poder haber elegido, creo que hubiera preferido que el Mesías más importante hubiera sido Buda, no Jesús, ni Mahoma, ni Moisés... aunque yo nunca hubiera podido elegir, porque no creo en sus padres. Pero sí tengo mejores y más extensos principios. Al menos por ahora.

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